A la hora de comenzar a crear nuestra web debemos tener en cuenta muchas cosas, como por ejemplo; si la página está bien estructurada; si todas las secciones cumplen correctamente su función; si para los clientes es fácil acceder a cada página etc…
Para poder responder a todas esas preguntas es necesario analizar la manera en la que se comporta el usuario y ver cuales son sus movimientos.
Una vez sepamos cuales son las páginas que más interesan y cómo se mueve dentro de la web, podremos adaptarla a sus necesidades más fácilmente.
En este punto es donde cobran vital importancia dos términos conocidos por sus siglas, UX y UI. Hacen referencia a la experiencia de usuario y a la interfaz de usuario. Su función es hacer que el usuario encuentre lo que busca en el menor tiempo posible y fácilmente, haciendo que su visita a la página web sea lo más cómoda posible.
El diseño de la experiencia del usuario (UX) se refiere a la idea de crear una experiencia para los usuarios que sea fluida, intuitiva y satisfactoria. Es lo que el usuario experimenta desde el momento que se pone en contacto con nuestra página web.
Un enfoque del diseño centrado en el usuario significa que se trabaja constantemente para entender qué necesitan los usuarios, qué les hará sentirse cómodos interactuando con el producto y cómo reaccionan cuando se encuentren con él.
El objetivo del diseño UX es crear una experiencia que sea sencilla y fácil para los usuarios y que, en última instancia, les lleve a donde quieren ir, asegurándose de que no tengan ningún problema para encontrar lo que buscan o para saber cómo utilizar el sitio, la aplicación o el producto en general.
Para que la experiencia de usuario sea lo más satisfactoria posible, existen una serie de factores determinantes. Entre ellos podrás encontrar:
La interfaz de usuario o UI está formada por todos los elementos de la pantalla que le dan la opción al usuario de interactuar con una web. Puede ser tan sencilla como un solo botón o tan compleja como un sistema completo de botones, menús y otros objetos en pantalla.
La interfaz de usuario debe estar diseñada para facilitar a los usuarios la consecución de sus objetivos, a la vez que es estéticamente agradable. Por ejemplo, si estás diseñando un sitio web que permite a los usuarios comprar productos o servicios en línea, tu interfaz de usuario debe incluir elementos como botones que digan cosas como ¡Compra ahora! en lugar de tener simplemente un gran botón rojo en la pantalla.
Entre los factores más importantes que influyen en la interfaz de usuario, es importante tener en cuenta:
Si te interesa esta campo puedes convertirte en diseñador UX, pero para ello es necesario que cuentes con una serie de conocimientos y formación que te ayude a controlar las herramientas y técnicas necesarias. En CEV ponemos a tu disposición una gran cantidad de cursos y formación profesional que te servirá para hacerte un hueco en ese sector. Entre ellos puedes encontrar el Curso de Diseño Gráfico y Web con el que aprenderás todo lo que necesitas.
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